Pero estamos solo es el comienzo. Las transformaciones no son rápidas pero sí constantes: van creando la situación idónea para ello elaborando una cultura del miedo a escala mundial que favorezca todo esto.
Con este siniestro objeto se crearon, a mi juicio, organizaciones como la Institución Brookings en 1916, ”para ayudar al desarrollo de políticas públicas sólidas y promover la comprensión del público de cuestiones de importancia nacional", dicen los cachondos; El club Bilderberg, en el 54, en el que, por cierto, está muy bien representada España, también “independiente”… (independiente del bien común, claro); o la Comisión Trilateral (1973) (en esta se incluye el que faltaba para armarla: Japón) y su altruista objetivo es el de promover la Paz y “la Prosperidad” (creo que se han olvidado poner: “…de los firmantes”).
Por si fuera poco este año tenemos otra nueva: la TTIP creada por los EEUU con el eufemismo de “…eliminar las barreras comerciales en una amplia gama de sectores económicos para que sea más fácil de comprar y vender bienes y servicios entre la UE y los EE.UU…”, eso, traducido para pelagatos como yo, significa menos gastos para las empresas-más dinero para su buchaca-menos controles estatales (porque se los pasarían por el forro de los cojones al crear una normativa internacional de rango superior).
En definitiva, como diría el ínclito John Wayne: “Estamos rodeados” y solo la llegada del Séptimo de Caballería podrá ayudarnos.
¿Llegará?