domingo, 3 de agosto de 2014

De corruptos, corruptibles y corruptores y el caso PODEMOS



Es posible que lo que voy a decir siente mal a algunos (o a muchos) de los que se atrevan a leer tamaño tocho, pero es lo que siento, y ahora, mejor que mas tarde, quisiera exponerlo.

El tema de la corrupción (no distingo si en este país o en el resto) es tan antiguo como la sociedad misma. Para no irnos muy lejos, en el XIX, Donoso Cortés, refiriéndose obviamente a España dijo que la corrupción corroía todas las capas del tejido social. Unos pocos años antes el político francés Joseph Fouché pronunció una de sus frases mas celebres: “Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es”.

He creído necesario hacer este prolegómeno para apoyar mi idea de que este es un mal endémico de difícil solución, máxime en estos momentos en los que debido a la precariedad en la que estamos sumidos la inmensa mayoría de los españolitos, nos agarramos a lo primero que vemos flotar para evitar que nuestra cabeza desaparezca de la superficie. El PSOE nos llevó al huerto tras aglutinar a la izquierda de este país. Con el desencanto llegó la derecha (siempre al acecho) a "mejorar" el panorama. Ahora se empieza a romper el bipartidismo. Eso no es del agrado de los corruptores: ya tenían "sembrado" el patio y ahora toca recomponer el panorama. ¡Ya hay quien está haciendo campaña para las municipales! Toca eso o arriesgarse a perder la silla. Se habla demasiado en este país de los corruptos pillados y demasiado poco, o nada, de los corruptores. ¿Será porque los medios de información están gestionados por entidades afines a estos?

Con este panorama, no es de extrañar que el afloramiento de un partido con las características de Podemos, haya provocado un seísmo social de tan alta magnitud. No tanto por su capacidad de actuación actual como por la brecha que ha abierto en el panorama político español. Prácticamente no es partido y ya le están lloviendo palos por todos los lados ("señal de que cabalgamos" que diría Don Quijote).

Ahora bien, en estos momentos, antes de que ocurra con Podemos (que lo intentarán tarde o temprano) es de vital importancia, primero, desenmascarar a los corruptores y ponerles nombre y apellidos haciendo un seguimiento popular de sus gastos mas oscuros; no es necesario intervenir sus cuentas, pero sí pedir explicaciones de los gastos de mas difícil justificación. Segundo, controlar las inversiones de los que tienen capacidad de corromper. Tercero, denunciar a los corruptos; no solo para que dejen de serlo, sino para que no sigan corrompiendo a los de alrededor y para que paguen su culpa con la sociedad. Cuarto y tan importante como los anteriores; blindar a Podemos para evitar que los corruptores acechen y consigan sus propósitos. Por este motivo opino que el nombre de su fundador,Pablo Manuel Iglesias Turrión, no debería ser el único que se asocie a este movimiento social. Que deje de ser su cabeza visible.

Por el bien de todos.